Como tres alquimistas del sonido, fusionamos meditación, vibraciones instrumentales y cantos para crear una experiencia que trasciende los límites de lo ordinario.
El recorrido del viaje sonoro comienza con una meditación, una puerta hacia lo sutil y lo etéreo. A medida que los primeros acordes resuenan, nos sumergimos en un mundo de atmósferas cambiantes. La gran diversidad de instrumentos que utilizamos son hilos invisibles que nos guían a través de diferentes culturas, creando paisajes sonoros diversos.
En el ámbito vocal, exploramos un amplio abanico de texturas. Cantos armónicos se entrelazan con cantos polifónicos, que se convierte en un portal hacia la expansión de la conciencia. Cada nota, cada vibración, nos lleva más allá de lo tangible.
Cuando la intensidad se eleva, los cantos guturales emergen, conectándonos con la profundidad primordial.
Nuestra música se basa en un equilibrio entre la improvisación y una estructura cuidadosamente diseñada, una curva evolutiva que nos lleva desde la armonía inicial hasta la profundidad emocional. Experimentamos momentos de éxtasis, donde los sonidos se convierten en fuego y nos elevan a lo divino. Como una suave brisa al final del día, la curva desciende hacia el amor, la tranquilidad y la paz. Es como si todo el viaje culminara en un abrazo cálido y acogedor.
Así es Mambé, un viaje completo a través del sonido, donde cada nota es un portal hacia lo desconocido, una exploración hacia las fronteras de la música y el alma.